La rebeldía es contagiosa
From Gender and Tech Resources
Context
La rebeldía es contagiosa, decía mi mamá cuando mi hermana mayor empezaba a armar relajo y le seguíamos las demás. Pobre mi mamá, mucho le hemos hecho renegar. Esto me vino a la cabeza porque quería explicarles lo esperanzador que es dejarse contagiar la rebedía, así, adrede, no por azar, no por accidente, no por seguir la corriente. Claro está, no es fácil encontrar fuentes de contagio fidedignas, pero después de algún tiempo en el limbo, esperando las oportunidades adecuadas, ¡zas! un día de repente te encuentras en un lugar junto a muchas otras rebeldes y suspiras y dices "aquí es donde yo quiero estar", y esa sensación de hermandad te da luces sobre el hecho de que definitivamente no eres la única imilla hacker. Así, llena de curiosidad y rebeldía me fui al Instituto de Género y Tecnologías IGT realizado en Ecuador en junio de 2016. Un evento organizado por el colectivo Tactical Tech que contó con la participación de otras 58 imillas hackers latinoamericanas y con un grupo de 12 facilitadoras. Nos reunimos para compartir conocimientos y para repensar, desde la tecnología y el género, la justicia social y la autonomía de las mujeres. Intenso.
Motivation
Te estarás preguntando quizás cual es la gran importancia de eventos como este. Pues, es evidente que en América Latina nos urge dar mayor cabida al tema de la violencia de género, en este caso, relacionada con las tecnologías de la información y la comunicación. Problemas como el acoso en línea, la vigilancia, las amenazas, el hostigamiento -por nombrar solo algunos-, ya sea por parte de gobiernos o individuos, están afectando significativamente el trabajo, la seguridad, y el bienestar físico y mental de mujeres activistas y personas LGTBQI que usan internet como una herramienta fundamental en sus luchas. Debido a este ambiente de violencia, que además no se limita al mundo virtual, las voces de mujeres y personas LGTBQI son paulatinamente silenciadas.
Outcomes
Estuvimos ahí en Quito cinco días que parecieron muchos más, dándole vueltas a estos problemas al mismo tiempo que adquirimos conocimientos técnicos. Se llevaron a cabo talleres en diferentes temas como la seguridad digital, la política de datos, el género y la tecnología, la seguridad integral, así como el adquirir habilidades de formación y cuidado de nosotras mismas. Interminables fueron las reflexiones en torno a géneros, las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías, los riesgos que presenta, los vacíos de conocimiento que necesitamos llenar, las estrategias de mitigación de daños, las formas de crear espacios seguros para el aprendizaje de tecnología, y mucho pero mucho más. Y como no sólo de reflexiones se vive, también nos pusimos manos a la obra y compartimos habilidades, instalamos y desinstalamos software que se ajustase mejor a nuestras visiones políticas en el apasionante hackerspace feminista (el de la foto :), hicimos deporte, bailamos, vimos documentales, y nos metimos a la piscina.
Y mientras les voy terminando de contar esto ya me está dando pena acordarme de las despedidas y de toda la gente que dejé atrás. Pero como alguien dice en el internet, uno se lleva un poco de otros cada vez que se va, o algo así. Yo me traje la sensación de haberme empapado de la rebeldía de mis hermanas y haberles contagiado también mis ganas de cambiar el mundo. Ahora toca ir dando más pasos hacia esa dirección, desarmar las estructuras sociales que separan este mundo de ese otro en el que la tecnología no está en manos de unos pocos y no se usa para perpetuar su poder. Y hablando de desarmar, gracias al apoyo feminista y al conocimiento compartido en el IGT, ¡finalmente la imilla hacker tendrá su programa de radio!. El Desarmador, se llama, y podrán escucharlo en internet en el sitio web www.eldesarmador.org.
Ya les ire contando más sobre el programa, ahora les dejo que tengo que ir a cocinar.
El post original se puede leer aqui: http://imillahacker.sdf.org/cuatro_la_rebeldia.html